Muchas empresas a la hora de elaborar su plan cometen el error de separar "pensar" de "hacer". Otras empresas contratan un equipo consultor de teóricos académicamente muy dotados, les piden que hagan una planificación estratégica.
Normalmente esta consultora realiza un análisis estratégico hasta el punto de la parálisis, a veces más allá. Producen innumerables matrices de colores y unas preciosas presentaciones con gráficos de burbujas con una voz en off.
Los que encargaron el trabajo se perderán en la plétora de hojas de cálculo y análisis de escenarios. Lamentablemente, la única pregunta que estos sumos sacerdotes del misticismo estratégico pasan por alto a menudo es ¿cómo se lleva a la práctica? Ese es el plan de acción.
En Yolk Consulting, no separamos una cosa de la otra.
Un folio aguanta todo pero la realidad no. En definitiva, un plan estratégico es como un destino o un sitio al que se desea ir. Un plan de acción es como una recopilación de detalles sobre cómo se va a llegar allí y aporta el mapa para lograrlo.
Desconfía de las consultoras que no se ofrezcan a llevar a la práctica el plan estratégico que han elaborado ellos (por muy grandes que sean). Los consultores que no se meten en el barro y sólo hacen "toreo de salón" en Yolk Consulting nos dan mucho miedo...
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