Desde hace algún tiempo vengo pensando que habrá sido de Kif el hombrecito del libro ¿Quién se ha llevado mi queso? Que no quiso abandonar la Central Quesera Q y acompañar en la búsqueda a su compañero Kof.
Este pensamiento me acompaña en estos momentos de incertidumbre y dificultad que atraviesan muchas empresas.
Dentro del mundo empresarial nos encontramos con personas que son como Kif que prefieren quedarse dentro del territorio conocido y negar el cambio que se produce a su alrededor. Nos encontramos otras como Kof que una vez producido el cambio se ponen a buscar las soluciones.
En muy pocas ocasiones nos encontramos con personas dentro de las organizaciones empresariales que sean como Oli y Corri.
Últimamente hay a demasiada gente dentro de las consultorías, coach… y demás modelos que estamos en el mercado del asesoramiento siguiendo la máxima de San Ignacio de Loyola: “En tiempo de desolación no hacer mudanza”.
Este tipo de consejos y comportamientos son los que hacen que nos encontremos cada vez con más Kif, con algo de suerte con algún Kof y escasamente con Oli y Corri.
La capacidad de adaptación al mercado, es a veces tan limitada en los ideólogos de las organizaciones que prefieren esperar a que la situación mejore por si sola, antes que buscar aspectos de mejora y crecimiento dentro de un mercado convulso.
Si fuéramos seguidores de la mentalidad de Oli y Corri nos encontraríamos que en los tiempos de crisis siempre surgen oportunidades de mejora y crecimiento para aquellos que tienen la perspectiva suficiente como para encontrar el camino adecuado y el coraje de dirigir su empresa hacia él.
Por eso sigo preguntándome qué habrá sido de Kif.