Aunque hay algunas diferencias claras, tanto el escaparate físico como el virtual persiguen lo mismo: que el cliente entre en nuestra tienda.
El escaparate es la tarjeta de presentación de cualquier tienda (virtual o física), lo que se ve desde el exterior genera las expectativas acerca de lo que encontraremos en el interior. Esta es la razón por la que el escaparate (de cualquier tipo) adquiere cada vez más fuerza dado su enfoque de herramienta estratégica para atraer al cliente.
En este momento se cuida mucho mas el escaparate físico que hace años.
Por el contrario hay algunas web de venta que no cuidan el primer impacto del cliente y es porque no han analizado que quiere de ellos el comprador. En internet lo que se busca básicamente es: seguridad, calidad de producto, información, credibilidad, etc.
Todo lo anterior comunicado con los colores y el modo adecuado. No podemos dejar en manos del diseñador de la web y mucho menos del programador como debe ser nuestra portada.
En definitiva, el escaparate (físico o virtual) es un proceso de comunicación en el que la forma, el tamaño, el color, la posición, el espacio y la ambientación utilizan su lenguaje. Sólo debemos conseguir que diga lo que de verdad queremos transmitir.
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