La innovación no es solo una cuestión de lanzar productos, servicios o ideas innovadoras; incluye reinventar rutinas del trabajo diario, cuestionar lo que damos por supuesto y encontrar nuevos enfoques para viejos problemas.
Este proceso de deshacerse de las viejos métodos ha sido denominado "desaprendizaje" por algunos.
Las personas somos animales de costumbres, y sacarnos de nuestra zona de confort para "desaprender" algo no es fácil, especialmente cuando las cosas ya parecen ir bien.
Lo anterior ocurre especialmente en los lugares de trabajo, donde los gerentes y los empleados son reacios a analizar fórmulas o procesos probados, siguiendo el viejo mantra "Si funciona, no lo toques".
Pero en el panorama empresarial acelerado que vivimos, las mejores prácticas de ayer pueden convertirse rápidamente en el pensamiento obsoleto de hoy. Muchas empresas de renombre se han arruinado por permanecer demasiado tiempo en su zona de confort.
Miremos a Kodak. Los directivos no fueron capaces de apreciar la naturaleza cambiante de la fotografía digital y cuando trataron de "desaprender" sus modelos comerciales centrales y las suposiciones existentes sobre la fotografía, ya era demasiado tarde.
Hay un estudio de Kelley School of Business de la Universidad de Indiana en el que los autores identificaron la resistencia a cambiar el status quo como una de las mayores barreras para establecer la cultura del "desaprendizaje", esto no no solo ocurre en la planta ejecutiva de la compañía si no en todos los niveles.
Evitar que los empleados sigan en las mismas rutinas, día tras día, es un gran desafío para los gerentes. ¿Te lo has planteado? ¿Cómo lo haces? ¿Quieres que te contemos como lo implantamos nosotros?